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Capítulo 59 – Confrontación



 

Capítulo 59 – Confrontación

Respiré hondo mientras tomaba asiento afuera en un banco cercano. Al darme cuenta de que había terminado la clase un poco antes. El campus estaba bastante tranquilo; la mayoría de los estudiantes todavía en sus aulas. Había pasado un tiempo desde que me sentí tan débil, pero levantarme y caminar definitivamente ayudó.

Me senté sin hacer nada, mirando a Sylvie perseguir una mariposa por el césped frente a mí cuando escuché pasos que se acercaban por la derecha.

"¿Está ocupado este asiento?" 

Giré la cabeza para ver a la princesa Kathyln inclinándose hacia adelante para que su rostro estuviera al mismo nivel que el mío.

"No, adelante", dije moviéndome lentamente un poco hacia mi izquierda para hacerle espacio. Colocó con cuidado su pañuelo sobre el banco y se sentó encima, alisando su falda arrugada. Nos sentamos allí, en silencio, mientras ambos veíamos a Sylvie finalmente capturar la ágil mariposa que ahora luchaba en sus patas.

"Mi hermano me contó lo que pasó. Lo siento." Su voz se volvió más tranquila al final de la oración.


Mantuve mis ojos enfocados en Sylvie, pero respondí con una suave risa. "¿Por qué también dices perdón? Incluso si fuese culpa de tu hermano, que no lo es, él ya se disculpó."

"Es solo que... siento que mi familia te debe muchas disculpas. Por lo que pasó con Sebastian y mi padre también. Esa vez en la casa de subastas... el no suele ser así, pero le sorprendió el giro de los acontecimientos y sentía que necesitaba mantener su imagen y ..."

Por primera vez, vi cómo Kathyln se ponía nerviosa. Su rostro, generalmente sereno, se sonrojó y su expresión era de pánico mientras trataba de hacerme entender.

No pude evitar reírme y Kathyln dejó de hablar de inmediato. "Lo siento, no quise reírme, princesa. Simplemente no había visto este lado tuyo antes." Kathyln se sonrojó aún más y apartó su cuerpo de mí.

"Por favor, no te burles de mí, Arthur. No esperaba que fueras este tipo de persona," dijo con la cabeza aún dada vuelta.

"¿Oh? ¿Qué tipo de persona esperabas que fuera?" Incliné la cabeza con curiosidad.

"B-Bueno, cuando te conocí por primera vez en el evento de la subasta, noté que te comportaste con mucha madurez," murmuró. Ella todavía no se había dado la vuelta.

"¿Notaste cómo se comportan las personas cuando apenas tenías ocho años?" Leer la postura de una persona era algo que un adulto entusiasta podría aprender a hacer, después de muchos años de experiencia conociendo todo tipo de personas.

"Si. Siendo una princesa, terminas adquiriendo esa habilidad con bastante rapidez. Además, con mi padre y mi hermano siendo tales personajes, sentía que mi madre y yo éramos las únicas normales a veces," dijo Kathyln, volviéndose hacia mí. Sin embargo, ella no me miró a los ojos.

"¿Oh? Realmente no encontré nada inusual en tu hermano. Parecía bastante carismático." Recordé haber conocido a Curtis por primera vez en la casa de subastas. Había madurado bastante desde entonces.

"Sí, ha mejorado mucho, ya que es capaz de disculparse contigo. Eso hubiera sido muy difícil para él cuando era más joven, debido a su orgullo." Ella dejó escapar un suspiro y ambos miramos la pequeña batalla de Sylvie con otro insecto por unos momentos. "Cuando te vi por primera vez, me di cuenta de inmediato de que eras diferente a los demás. ¿Cómo debería decir esto? Estaba muy intrigada por ti." Su cabeza bajó un poco mientras seguía hablando.

"Jaja... ¿es eso cierto? Supuse lo contrario dado que tu rostro no reaccionó ni cambió en todo el tiempo." Sonreí al recordar el evento cuatro años atrás.

"Me disculpo. Mi familia me ha dicho que sea más expresiva, pero ha sido en vano." Intentó forzar una sonrisa y yo traté de no reírme de nuevo ante la expresión antinatural.

"Bueno, no se equivocan. Empezaba a pensar que estabas usando una máscara, ya que tu rostro siempre estaba tan quieto."


Ella me miró seriamente. "Yo practicaré." Kathyln asintió para sí misma y noté que su expresión parecía un poco más determinada de lo habitual.


"No estoy seguro de que sea algo que puedas practicar", dije con cuidado. "Simplemente no fuerces tus emociones; deja que tu rostro se mueva de acuerdo a cómo te sientes. Cuando te sientas triste, tu rostro naturalmente querrá fruncir el ceño. Cuando estés feliz, tu rostro naturalmente querrá sonreír. ¡Así!" Exageré demasiado las expresiones en mi rostro mientras cambiaba de un feo ceño fruncido a una sonrisa brillante, lo que hizo que de repente se alejara de mí.

¡Ups! ¿Me excedí?


KATHYLN GLAYDER

No podía mostrar ninguna debilidad.  Tenía el deber de defender. Cuando los hombres venían a visitarme, con la esperanza de ganar mi favor, no mostraba ninguna debilidad que pudieran usar contra mí. Esa era mi lucha.

No podía leer mentes, pero no era difícil ver que todos los hombres que venían a mí—los de mi edad y los mayores—tenían motivos ocultos. Linaje real, habilidades superiores y apariencia física—las cosas que la mayoría de la gente creía que les facilitaría la vida eran cadenas que me robaban la libertad que deseaba tener.

Sin embargo, aquí estaba, con un chico de mi edad que era mucho más talentoso y solicitado, y aun así... radiante. Relucía con un brillo que me hizo querer ser como él. ¿Qué lo hacía tan diferente de mí? ¿Era un tonto por expresar sus emociones con tanta libertad, sin el temor de cómo lo verían los demás—o valiente?

No pude evitar reírme cuando Arthur contorsionó su rostro de esa manera. Se veía tan tonto. Inmediatamente me tapé la boca, tratando de ocultar mi sonrisa.

"¿Ves? Eso no fue tan difícil" Su sonrisa exagerada se volvió suave, consolándome.

"Debería enseñar cosas como esta en lugar de Manipulación de Maná, ¿verdad?" Dejó escapar una risa de dolor mientras se inclinaba para acariciar su vínculo, que se había movido para sentarse entre sus piernas.

"Eso me recuerda. El hechizo Bala de Viento que usaste en la demostración parecía casi un hechizo de conjuración en comparación con el segundo. ¿Cómo lo hiciste exactamente? También tengo curiosidad de saber para qué quieres que los conjuradores intenten absorber sus hechizos en sus cuerpos. Nunca escuché que los conjuradores hicieran eso." Continué como una niña emocionada, sobre las preguntas que llenaron mi mente, de repente me sentí avergonzada.

"¡Guau! ¿Es por eso que viniste a mí? ¿Es esto lo que buscabas?" Se inclinó lejos de mí, sorprendido.

"¡N-No! ¡Por supuesto que no! Esa nunca fue mi intención." ¡Oh no! Pensó que vine tras él con algún motivo oculto. Lo vi sentado allí y quería—¿Por qué me senté a su lado?

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Me di cuenta de que mi mano estaba tocando ligeramente su brazo, lo aparté rápidamente, pero él se rió suavemente.

"Obviamente estaba bromeando, Princesa. Aunque no estoy seguro de si debería decírtelo. No sería muy justo de mi parte darte una ventaja así, ¿verdad? Me dio un pequeño guiño que hizo que mi pecho se sintiera pesado de repente. ¿Qué fue eso?

"Supongo que tienes razón. Sería injusto que me dieras la respuesta a la tarea que asignaste," respondí en voz baja.

"Bueno... supongo que puedo darle un pequeño consejo a un miembro del comité disciplinario. Observa." Mire hacia arriba para verlo concentrarse mientras levantaba ambas manos con las palmas hacia arriba.

Su mano izquierda comenzó a brillar cuando los vientos suaves se arremolinaron, rodeando su mano. En cuanto a su mano derecha, solo una pequeña porción en el centro de su palma brillaba. El viento que se reunió alrededor de esta mano no rodeó toda su mano, sino que se arremolinó en una esfera justo encima de su palma. Con un breve movimiento de sus muñecas, lanzó pequeñas ráfagas de viento de ambas manos.

El viento que había rodeado su mano izquierda se disipó después de unos pocos metros, pero el viento esférico que había conjurado con su mano derecha fue varias veces más lejos antes de disiparse con un suave pa.

"Ahí está tu pista para la tarea del aumentador. En cuanto a lo que asigné a los conjuradores, piensa al revés." Se levantó mientras yo reflexionaba sobre lo que acababa de hacer.

"Debería irme ahora. Avísame si necesitas más lecciones sobre expresiones faciales." Me dio una mueca exagerada, luego una sonrisa pervertida, casi haciéndome reír de nuevo.

"Aw... no te reíste esta vez. Lástima." Se alejó lentamente con su vínculo corriendo a su lado. Me di cuenta de que me sentí un poco vacía, sentada sola en un banco que ahora parecía demasiado grande para mí.

ARTHUR LEYWIN

"Psst. Escuché que te lastimaste el primer día de clases. ¿Estás bien?" Los gruesos anteojos de Emily se movieron hacia abajo mientras se inclinaba a mi lado, susurrando en medio de la clase. Estábamos aprendiendo sobre los componentes básicos que componían diferentes tipos de artefactos.

De repente, un trozo de tiza voló directamente hacia Emily, desapareciendo en algún lugar de su cabello rizado.

Gideon tosió levemente, con la mano todavía extendida después de arrojarle la tiza. "Señorita Watsken, por favor ilumine a la clase sobre el componente primario de un artefacto básico de producción de luz."

"El artefacto básico productor de luz se compone por el cristal de base, florenita, que se encuentra abundantemente cerca de las afueras de Sapin y también en el reino de Darv. Una vez que se refina la florenita, dejará salir constantemente una luz tenue para poder controlar la salida del mineral—"

"Bien, bien, es suficiente. Cielos, solo pregunte por el material," gruñó Gideon, interrumpiendo a Emily a mitad de la explicación.

Con un ligero encogimiento de hombros, ella sacó un papel para escribir mientras hacía inútiles intentos por limpiar el trozo de tiza enterrado en algún lugar profundo de su cabello.

Intercambiamos notas por un rato, escribiéndonos sobre lo que había pasado. Intenté resumir los detalles, pero eventualmente con la falta de estos, ella no pudo realmente reconstruir nada, dejándola frustrada y curiosa.

"Algo parece mal." Me miró mientras salíamos de clase. Como tarea, nos asignaron algún tipo de mini proyecto en el que teníamos que ensamblar un artefacto productor de luz, o APL para abreviar.

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Nos dirigimos al comedor para almorzar, y Emily me fastidió con preguntas sobre los detalles de la pelea.

"Estás pensándolo demasiado Emily. Estoy más preocupado por el proyecto que nos asignó Gideon. Estoy tan perdido después de ausentarme la primera semana." Esto era realmente cierto. Mi capacidad de pensamiento crítico y mi vago conocimiento de la tecnología de mi pasado me permitieron hacer conexiones y comprender más que la mayoría de los primeros años, pero todos se quejaban de que esta clase era una de las más difíciles. Dejar a ese excéntrico Gideon enseñar una clase básica como si fuera varios niveles más altos.

"Eh, ya tengo un par de APLs que hice, en mi dormitorio de todos modos. Bien podría ponerlos en uso." Ajustó su mochila de gran tamaño mientras entrabamos a la cafetería.

"Guau. Probablemente podrías dominar esta clase mientras duermes ". Negué con la cabeza mientras tomaba una bandeja y agarraba algo de comida.

"¡Kyu!" '¡Consigue más carne, papá!' Sylvie saltó encima de mi cabeza en protesta cuando recogí algunas verduras.

"Está bien, está bien," volví y recogí algunos trozos más de carne cuando me di cuenta de que Emily me miraba con una expresión extraña en su rostro.

"¿Puedes entender lo que dice tu vínculo?" Se levantó las gafas y miró a Sylvie.

"¿No pueden todos?" Pregunté.

"No, para nada en realidad. Pueden entender sus emociones hasta cierto punto, pero no... señales verbales." Sus ojos se entrecerraron mientras miraba más de cerca a Sylvie.

Empujando su cabeza hacia atrás con mi dedo en su frente, respondí, "Eso es a lo que me refería. Sentí que mi vínculo se quejaba y solo inferí que fue porque recogí vegetales. Estás pensando demasiado en las cosas otra vez, Emily."

"Sí, supongo que tienes razón. Aunque es linda." Ella simplemente se encogió de hombros y preparó su propio plato.

"Ah, ahí estás, Art. La Directora Goodsky quiere—oh, hola." Elijah se detuvo en seco cuando se dio cuenta de que estaba con una amiga.

"Hey, Elijah. Esta es Emily. Emily, Elijah," dije con la mirada cambiando entre mi amigo y el trozo de carne guisada en mi mano.

"Encantada de conocerte." Emily sonrió, y extendió la mano en la que no llevaba su bandeja de comida.

"Un placer conocerte," respondió Elijah mientras le estrechaba la mano, con una mirada de curiosidad en el rostro. "De todos modos, Art, debes dirigirte a tu sala de entrenamiento. Directora Goodsky, ¿recuerdas? Me miró, indicando que era urgente.

"Oh, espera—¿ahora?" Miré ansiosamente mi comida.

"Sí. Ahora." Gentilmente empujo hacia afuera mientras yo trataba de tragar tanta comida como podía. Sylvie uso su lengua para barrer una gran parte de la carne en su boca mientras colocaba la bandeja junto al cubo de la basura.

"¡Ustedes dos conózcanse! ¡Hablamos después!" Me despedí de mis amigos mientras ellos devolvían el gesto.

La Directora Goodsky me había dicho dónde estaría mi sala de entrenamiento privada mientras estaba en la enfermería. Se suponía que la densidad de maná era mucho mayor allí, lo que facilitaba el entrenamiento.

"Me pregunto qué quiere la Directora Goodsky. Debería hablarle de la clase de hoy," dije a nadie en particular mientras Sylvie y yo nos dirigíamos hacia la sala.

Todas las salas de entrenamiento estaban en una especie de laberinto debajo de la biblioteca, por lo que un miembro del personal tenía que guiarte para asegurarse de que encontraras el lugar correcto. Por lo general, solo a los estudiantes de último año se les permitía tomar prestadas las habitaciones para entrenar, pero tuve la suerte de tener una habitación privada para mí.

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Había dos entradas en el edificio de la biblioteca: una a la biblioteca en si, y la otra a una especie de sala de espera para todas las instalaciones de entrenamiento. Abriendo la puerta de la sala de espera, pasé lentamente entre algunos estudiantes de último año antes de llegar a la recepción. "Hola, mi nombre es Arthur Leywin." No sabía exactamente qué quería el Directora Goodsky, así que esperaba que la señora de la recepción supiera qué hacer una vez le dijera mi nombre.

"Ah, sí. Hoy es la primera vez que visitas la habitación, ¿correcto? La señora vestía un traje a medida, que me recordaba a un conserje de algún hotel elegante.

"Sí," asentí en respuesta mientras ella se inclinaba y abría un cajón.

"Por favor, coloque ambas palmas sobre esta piedra. Asegurándose de que todas las puntas de sus dedos estén planas." En ambas manos, sostuvo una tableta plana con varias inscripciones grabadas en ella.

Hice lo que me dijo y sentí una breve sensación de entumecimiento que se extendió por mis manos cuando activó la tableta.

"¡Perfecto! Te mostraré tu habitación. Por favor, sígueme." Me condujo hacia una habitación en la parte de atrás, donde un hombre lleno de cicatrices, de más de un metro ochenta de alto y sosteniendo una lanza, custodiaba la puerta.

La habitación que vigilaba el hombre era en realidad una especie de ascensor compuesto por varios engranajes, que supuse que funcionaban con núcleos de maná o con algún otro mineral productor de maná.

"Guau. No sabía que existía algo así aquí," dije con asombro, recordando la última vez que había subido a un ascensor.

"De hecho, se ha construido recientemente y no existen muchos de estos todavía. El genio artífice Gideon diseñó este dispositivo. Estoy segura de que has oído hablar de él—actualmente es profesor aquí," dijo, admirando el ascensor.

"Más que oír hablar de él, en realidad es uno de mis profesores. Por la forma en que enseña su clase, desearía que no fuera un genio." Le di un guiño, haciéndola reír.

"¡Aquí estamos! Asegúrate de recordar cómo llegar a tu habitación. Ya que te registré en tu habitación, puedes entrar cuando quieras," dijo mientras me guiaba por los pasillos.

"¿Ese hombre con cicatrices aterradoras no me detendrá?" Pregunté, señalando hacia arriba con mi espada envainada.

Ella estalló en una risa de sorpresa. "Oh no. Él no te detendrá. ¡Ah! Hemos llegado." Habíamos llegado al final del pasillo, donde había un gran juego de puertas dobles sin manijas.

"Esta puerta parece diferente a todas las demás." Giré la cabeza hacia atrás para comparar.

"Sí. La Directora Goodsky parece dar bastante prioridad en tu formación." Me dio una sonrisa encantadora.

"Sin embargo, ni siquiera se molesta en decirle a mi clase quién era su nuevo profesor," murmuré en voz baja.

"¿Perdón?" La dama inclinó la cabeza confundida.

"No es nada. Entonces, ¿cómo abro esto?" Pregunté mientras Sylvie saltaba de mi cabeza y emocionada se colocaba frente a las puertas dobles.

"Si colocas cualquiera de tus palmas contra la puerta, se abrirá automáticamente. Si necesitas más ayuda, hay un dispositivo de comunicación adentro donde puedes contactarme. Si tienes hambre, también puedo enviar a alguien para que te lleve algo de comida." Hizo una reverencia, esperando a que abriera la puerta.

Levanté la mano, listo para abrir la puerta. "Gracias. ¿Cuál era tu nombre?"

"Por favor, llámame Chloe. Te deseo una fructífera sesión de entrenamiento," dijo.

"Entendido. Gracias de nuevo, Chloe." Me volví y puse mi mano derecha en las puertas dobles. Con un fuerte ruido parecido al de un motor, el área donde coloqué mi palma brilló y los rayos de luz se ramificaron. Finalmente, la luz se atenuó y la puerta se abrió para revelar una habitación muy diferente a la que imaginaba.

Giré mi cabeza hacia atrás, pero Chloe ya se había ido. Sylvie había entrado corriendo en la habitación antes de que pudiera objetar, así que di un paso cauteloso hacia adelante. Miré dentro de la habitación, el repentino brillo comparado con la tenue luz del pasillo me hizo entrecerrar los ojos y levantar una mano para proteger mis ojos. Mi visión pronto se ajustó y mientras bajaba la mano, vi una figura familiar que se movía nerviosamente en su lugar al mismo tiempo que Sylvie subía por su pierna.

Ya fuera por el brillo resplandeciente dentro de la habitación o por el hecho de que esta habitación parecía más una enorme maravilla natural que una instalación de entrenamiento, mi amiga de la infancia se veía deslumbrante. Tess estaba de pie frente a mí, vestida con una suelta bata de entrenamiento blanca y abrazando su mejilla contra Sylvie, quien estaba sentada sobre su hombro.

"Hola", dijo Tess, con su cabeza gacha mientras me miraba.

Di un paso adelante cuando la puerta se cerró detrás de mí. El suelo debajo de mí era de hierba y también había un estanque bastante grande con una cascada. Grandes rocas y árboles nos rodeaban, haciéndome sentir como si estuviera en sueño. Saliendo de mi aturdimiento momentáneo, me rasqué la cabeza con la mano que no sostenía la Balada del Amanecer.

"Hey, Tess." Le di una sonrisa incómoda.

"¿Deberíamos empezar?" Tess dejó a Sylvie en el suelo antes de que tímidamente comenzara a quitarse la bata.

"Espera, ¿qué? ¿Empezar con qué?" Casi tropecé hacia atrás cuando vi sus hombros desnudos.

"La asimilación. El abuelo me dijo que funcionaría mejor con menos ropa en el camino." Aparté la mirada cuando la bata se deslizó de sus hombros. El rostro de Tess estaba rojo brillante, pero me alivió ver que no estaba completamente desnuda; tiras de gasa cubrían su pecho.

Ah, cierto... la asimilación... Espera, ¿qué?

Maldito abuelo, ¿qué estás haciendo que haga tu nieta?

"Suponiendo que eso sea cierto, estoy seguro de que no quiso decir desnudarse completamente." Cubrí mis ojos con mi mano.

"¡Cállate! ¿Cómo se suponía que—" Tess cayó de rodillas con un gemido, su rostro era una máscara de dolor.

Corrí tan rápido como mi cuerpo lesionado me lo permitió, volviendo a poner la Balada del Amanecer en mi anillo de dimensiones. Arrodillándome junto a ella, coloqué la palma de mi mano en su espalda cálida y pálida. Sentí su cuerpo temblar de dolor, no pude evitar notar lo frágil que se veía. Aunque si bien era una maga poderosa, físicamente todavía era una niña.

Quitando el sello de mi muñeca, deposité maná en el cuerpo de Tess. Usando los cuatro elementos, controlé el maná para que se extendiera por todo su cuerpo, contrarrestando el maná que provenía de la voluntad de la bestia del guardián anciano del bosque. Lo que Virion había hecho cuando yo asimilé a mi bestia, fue simplemente aliviar mi dolor, pero al usar una mezcla equilibrada de maná de los cuatro elementos, pude esencialmente ayudar al cuerpo de Tess a luchar contra la voluntad de la bestia. Nunca había probado esto, pero se basaba en los mismos principios que había utilizado para ayudar a despertar a Lilia y a mi hermana.

Su respiración entrecortada pronto se calmó y su temblor desapareció cuando comenzó a jadear por el alivio. Después de levantar suavemente su bata para cubrirla, caminé hacia el estanque y me salpiqué la cara con agua fría.

Necesitaba calmarme.

Después de unos momentos, sentí que mis latidos se ralentizaban, pero reaccioné de nuevo cuando escuché a Tess acercándose a mí, Sylvie trotando detrás de ella.

Se sentó sobre sus piernas a mi lado, me miró como si quisiera decir algo, su rostro sonrojado y cansado aún brillaba. Después de un momento de vacilación, habló con voz firme.

"Art, ¿podemos hablar?"



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